lunes, 18 de mayo de 2009

VA POR TI

Porque contigo se fue uno de mi más grandes y queridos escritores...


Chau número tres

Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.

Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.

Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.

Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.

Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.

Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.

viernes, 8 de mayo de 2009












Hoy quiero compartir con todos vosotros una columna que leí en un periódico y me gusto, ahí va, para que podais opinar vosotros también:

Mamás Perfectas

Nadie es capaz de cocinar como ella, o de conseguir que la raya del pantalón quede con ese leve giro que, puesto, hace derechas las piernas de quien lo luce.
Debo el aprender el amor por la lectura a las manos amorosas de mi madre, y gran parte de mis valores a las mujeres, amas de casa, que han pasado por mi vida, tías, amigas, vecinas o conocidas.
Se les ha contentando con las migajas: con regalos el primer domingo de mayo, y con frases huecas de amor eterno, que a mi juicio, no compensan ni los sacrificios, ni las noches sin dormir, los cuellos de pollo y las croquetas más quemadas de la se han alimentado.

Y sin embargo, miro con recelo el título que se ofrece ahora a las ama de casa que acrediten sus conocimientos: lo dudo porque me pregunto qué diferencia supondrá a los ojos de un empleador, se les dará derecho a cotizar o a recibir prestaciones, o , por lo contrario, será otro caramelo, una acto cosmético que demuestre que también por esas mujeres magníficas y silenciosas se hace algo.

Este país no funcionaria sin el engranaje abnegado de las cuidadoras, gestoras, cocineras, limpiadoras, psicólogas que existen en cada casa. Esas a las que sólo la muerte del marido les da derecho a una pensión, y para las que los accidentes domésticos no cuentan como laborales.

Seré desconfiada , sin duda, pero tengo razones para serlo. ¿Evitará los pagos en negro, la explotación, servirá para algo ese trozo de papel, o valdría más emplear ese esfuerzo económico en formación y en la obtención de un título ya reconocido y valorado?